NUESTRA PARTICULAR OPINIÓN

 

SIN CORTAPISAS, SIN CENSURAS

 

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Viernes 15/12/17

Reflexiones sobre la Junta General del Sevilla FC 2017 (y III) (por Ernesto López de Rueda)

(Foto: Estadio Deportivo)

3. Sorpresas en la Junta

El lunes el ex presidente Sr. Del Nido compareció con una atrabiliaria propuesta de construcción de un nuevo estadio para 60.000 espectadores y una inversión de 150 millones de euros que habría que pedir a los bancos, entre otras cosas para evitarnos impuestos (sic)…

El pedir financiación externa obedece a que los accionistas mayoritarios (siendo él el primero) no tienen capacidad económica para invertir proporcionalmente en mejorar el patrimonio del Sevilla. Si la tienen para mejorar su posición dentro del club para cada vez tener más poder comprando acciones cada vez a mayor precio para mantener sus posiciones o para especular si desean su venta, pero no para que el club crezca.

Sorprende que el presidente que puso los precios más caros de los abonos del Sevilla FC en toda su historia y aún no superados hoy en día casi 10 años después y que no conseguía entradas de más de 22-23.000 personas en la fase de grupos de Champions o de 32-33.000 en octavos de dicha competición (cuando hoy vemos que el estadio se llena en partidos champions con una política de precios más adecuada), diga ahora que el Sevilla necesita un estadio de 60.000 personas que, visto lo visto, él jamás lograría llenar.

En 2006 convocó un concurso para la reforma del Ramón Sánchez-Pizjuán y que evaluó un jurado formado por 9 personas. Cuatro eran miembros del Sevilla incluyéndolo a él, al director general, al arquitecto del club y no recuerdo a la otra persona. Otro era el gerente de Urbanismo, a la sazón el Sr. Marchena y que pertenecía al círculo de confianza del propio ex presidente, y cuatro eran miembros del Colegio de Arquitectos de Sevilla. Curiosamente estos cuatro profesionales y en la decisión última sobre los dos proyectos finalistas, votaron por el que no patrocinaba el Sr. ex presidente guiados por criterios exclusivamente profesionales.

El propio José María del Nido valoró en 150 millones de euros en 2006 la ejecución del proyecto ganador que patrocinaba. Hablando con los otros arquitectos finalistas, un estudio radicado en Sevilla, que han construido estadios en todo el mundo, evaluaron hace 2 años en unos 50-70 millones de euros (dependiendo de las calidades del material) la ejecución del suyo teniendo en cuenta que era –por bases del concurso- para 60.000 espectadores, si fuera para 50.000 sería más económico.

Nunca he estado más contento porque no saliera un proyecto del Sevilla, o mejor dicho, de alguien del Sevilla. No me gustaba un proyecto que se llamaba “150 millones de euros”.

Y ese proyecto resucitó la otra noche… Era la manera de desembarcar en la junta, la estrella de la reaparición. Si el Sr. Del Nido, competente en materia de enardecimiento, hubiera sido vitoreado no duden de que la Junta hubiese tenido un desarrollo incierto, desconocido, más con la aparición de otros actores secundarios.

Afortunadamente, el disparate propuesto por el Sr. Del Nido (el Sevilla no necesita un estadio de 60.000 personas cuando el Valencia plantea rebajar el suyo de 75.000 a 55.000; el Athletic lo tiene de 53.000 con una provincia de distancias cortas y sola para él sin competir con otro club; y el Atlético de Madrid lo tiene de 72.000 y no llega a 60.000 de media cuando se trata de una entidad mayor que el Sevilla, con mayor poder deportivo, económico y social y con una población de casi 7 millones de personas en 100 kilómetros a la redonda) resultó indiferente por demagogo al sevillismo allí presente. No por hablar más alto ni con un verbo cálido, sonoro y estentóreo se tiene más razón, y de eso se percató el ex presidente, muy sólo.

Sólo como demostró la primera votación. En ella se aprobaban las cuentas anuales de la temporada 2016-17 y el Sr. Del Nido manifestó el sentido negativo de su voto. Así fue, el 36,6 % del accionariado presente que equivale al 26,2 % del accionariado total del club, votó en contra. Hubo agrupaciones de votos, muy minoritarios pero votos al fin y al cabo, que secundaron el voto negativo del ex presidente, y sumaron el 26,2 % del capital del club, ergo he de suponer que la familia Del Nido controla realmente algo menos del 26 % de las acciones. Hasta José Gómez Miñán votó a favor de la aprobación de las cuentas en disenso con el Sr. Del Nido.

Y digo hasta, porque el Sr. Del Nido, por votar en contra, votó en contra de las cuentas anuales de una empresa en la que su hijo José María del Nido Carrasco figuró como vicepresidente durante todo el ejercicio fiscal analizado entre el 1 de julio de 2016 y el 30 de junio de 2017, ya que su dimisión y salida del consejo fue posterior. El Sr. Del Nido no señaló ninguna cuenta o partida en concreto que pudiera sostener su voto negativo, votó en contra de todo lo que no hace él, incluido el depositario de sus acciones, su hijo y (ex) vicepresidente.

Con esa propuesta estrafalaria de nuevo estadio por 150 millones de euros para una sociedad que en este ejercicio récord facturará unos 200 millones de euros (con unos 15-20-30 millones de beneficio) equivalentes a que Madrid o Barcelona (quienes generan recursos infinitos comparados a los del Sevilla) destinaran 600 millones de euros a sus estadios, cosa que no harán ni de lejos y su oposición frontal a todo, el Sr. Del Nido probó a ver si era seguido constatando que no es ésa la realidad del Sevilla.

Con más apoyos su demagogia podría haber producido una desestabilización accionarial que comprometiera el futuro del Sevilla.

Gracias al comportamiento de los accionistas minoritarios en abrumadora mayoría no se produjo pese a la intención del Sr. Del Nido –legítimamente como poseedor de un importante paquete accionarial de unas 26.000 acciones- coincidente casualmente, qué casualidá Migué y reitero que de puritita casualidad, con la de otro paquete accionarial de 2 acciones tituladas por el letrado Sr. Martínez.

Un letrado que en el pasado julio esgrimió unos papeles ilegalmente sacados del club por traición y deslealtad hacia éste de alguien que se los facilitó a un notario próximo al Sr. Del Nido y que llegaron a manos del letrado ¿sin conocimiento de Del Nido? Pura casualidad.

Dicho letrado (letrados en realidad somos todos los instruidos en la lectura y la escritura. E incluso antes que licenciado en Derecho también “quien presume de discreto y habla mucho y sin fundamento” como le ocurre con harto frecuencia al letrado Martínez, y me estoy remitiendo a la RAE) que en Pamplona y Madrid y con toda la razón del mundo exige la presunción de inocencia para los investigados y encarcelados así como que no se les formen juicios paralelos, en Sevilla se olvida de todo ello y con elocuencia y aspavientos exige dimisiones e intenta forzar situaciones propias de cualquier juicio paralelo.

Yo, al contrario que otras personas, no soy de desvelar conversaciones privadas sin autorización de los interlocutores, así que le pido permiso al Sr. Martínez y si no tiene inconveniente:

-         Desvelo el sentido de la Junta que tenía preparada según conversaciones mantenidas con quien suscribe.

-         Su argumentario para querer convertirse en directivo de Voz del Sevillismo una vez formada democráticamente la primera junta directiva, en el mismo día en que se formó y tras quedarse fuera simplemente porque no había manifestado interés en formar parte de ella en el momento en que se abrió dicha posibilidad ante una asamblea en la que participaron más de 80 personas.

-         Como maniobró para saltarse olímpicamente la voluntad democrática manifestada por ellas.

-         La conversación que al día siguiente tuvo conmigo para que le cediera y por qué la portavocía y representación de Voz del Sevillismo en el día número 2 de la creación de la comisión gestora.

-         La reunión para la que, tras mi negativa, convocó a Eduardo Arenas ante otro cualificado testigo al día siguiente de mi negativa y reclamando ya no la portavocía sino la presidencia (la escalada en la organización en tan solo 24 horas).

-         Cómo ante sus fallidos intentos con Voz del Sevillismo, al día siguiente contactó con la asociación de Pequeños Accionistas (APA) para darse de alta como miembro y formar en breve plazo parte de su junta directiva sin atender a los plazos y actos protocolarios.

-         Como, en el otoño siguiente a esa primavera de 2013, tuvimos un casual encuentro, también afortunadamente ante varios testigos, en el que me invitó amablemente a que sumáramos a Voz del Sevillismo a un movimiento para “romper” todo en el Sevilla.

Si me autoriza, lo cuento, teniendo en cuenta además que en su mayor parte fueron conversaciones en espacios comunes y ante testigos, pero me gusta guiarme así, pidiendo permiso.

Y este Sr. letrado, viene a decirnos que tiene unos papeles y unas grabaciones (¿habrá aportado las grabaciones a la fiscalía? Pregunto por no reírme) que corroboran que el presidente del Sevilla puede haber cometido actos que “a lo mejor no son delito pero son feos”. Él.

Y él, adalid de la presunción de inocencia en según qué casos (yo en todos) y contrario a los juicios paralelos cosa en la que coincidimos como no puede ser de otra forma, tras afirmar que ya se encuentra judicializado, abre otro frente. Yo de Castro le habría respondido “dado que el asunto se encuentra en vía judicial, para no liar ni enrevesar las cosas ni poner al Sevilla en almoneda ante la opinión pública de manera continua, opto porque la investigación siga su cauce”.

Lo deseable es que la justicia se pronuncie, que no se formen interesados juicios paralelos desde una intención egocentrista de quien dice A en Sevilla y B en otros lugares.

Y cuando la justicia se pronuncie, que cada palo aguante su vela, pero que el Sevilla no se vea sumido en una crisis institucional por descabezamiento de su cúpula (¡ay las grabaciones ilegales y manipulables en su uso!) sin, para más inri, existir un plan B, salvo que el plan B fuera el regreso de la familia Del Nido al frente del club. O a lo mejor el plan B era ponerse al frente de una manifestación manipulada.

Pero a Mr. Escándalo eso no le pareció oportuno. Podía haber formulado las preguntas por escrito y si la contestación no fuera satisfactoria, haberlo mencionado en la Junta, pero le interesaba la puesta en escena, el teatro, el escándalo, la orquesta del Titanic tocando mientras él interpretaba sus preguntas.

Por cierto, ir a una final como la de Copa en Madrid sin ser abonado mientras que más de 20.000 abonados del Sevilla se quedaron sin derecho a ir es una simple anécdota, no ningún escándalo.

Pues coincidieron en sus noes ambos letrados. El que estuvo sin hacer apenas nada en el estadio y ahora quiere hacer uno nuevo por 150 millones de euros y el que promueve el tratamiento escandaloso de asuntos que casualmente conoció en un reconocido feudo delnidista. Ni se miraron.

Qué pinza podrían haber formado si la gente les hubiese hecho caso aunque la inmensísima mayoría del accionariado minoritario despreció sus actuaciones.

Reflexionen sobre qué Sevilla podríamos tener hoy viernes de haber calado entre el accionariado minoritario el mano a mano demagógico entre estos letrados. Es una forma de hablar, perdonen la licencia, porque está clarísimo que sus postulados complementarios lo eran por puritita casualidá, Migué.

Quien andaba publicitando a quien quisiera oírle que iba a destrozar a Castro y a Cruz, a Carrión y a Del Nido finalmente no tocó a este último como tampoco lo hizo anteriormente con el subordinado del primero, el Sr. Vizcaíno quien se llevó –aparte de lo cobrado durante su actuación en el club- 631.000 € “extras” una vez se desvinculó de la entidad mediante un contrato desconocido para el consejo que gobernaba el Sevilla la temporada pasada. Qué casualidá, Migué.

Ni siquiera se expresó sobre la reentré grandiosa del ex presidente, ni Del Nido se hizo eco del espectáculo de su compañero cuando, tirando como lo hacía sobre Castro, no usó el argumentario conspicuo y de juicios paralelos del Sr. Martínez.

Curioso que éste en la semana anterior ya había tenido tiempo en Radio Marca de dedicar 7 de sus 8 minutos de intervención a criticar a Accionistas Unidos y a quejarse de que esta asociación contactaría con los paquetes mayoritarios pero no con él y sus 2 acciones (tan respetable como los otros 7.500 accionistas que tienen 1 o 2 acciones pero a quienes por cuestión obvia de logística una asociación no puede dirigirse, máxime cuando pese a sus peticiones de acceso al libro-registro de accionistas éstas fueron denegadas por el consejo). Poco menos que los sevillistas deben pedirle la venia para sus actuaciones por cuanto a él se habían dirigido “accionistas con apellidos históricamente sevillistas”. Así entiende el sevillismo.

Y vaya, qué casualidá Migué porque dos días antes, el ex presidente Del Nido se presentó en la asamblea de Accionistas Unidos que debatía sobre el sentido del voto y también expresó su queja porque “se haya reunido con los otros accionistas principales y no conmigo”, cosa que además era incierta pues fue dicha asamblea la que autorizó a la junta directiva a dirigirse a esos accionistas mayoritarios.

Qué casualidá, Migué, los dos letrados tan interesados en criticar a la asociación representante de gran parte de los accionistas minoritarios en vísperas de la Junta. Y por el mismo motivo.

Lo que mis ojos vieron en la Junta fue a Accionistas Unidos, sostenida y apoyada por otros muchos accionistas minoritarios que no habían agrupado con ella, batiéndose el cobre para evitar la desestabilización del club pues a ninguna otra situación conducía la estrategia emprendida por los letrados y compañeros. A la desestabilización, sin más.

Según entiendo, el presidente del club tiene una cita con la fiscalía que decidirá si solicita al juez la apertura de un proceso en el que ejerza la acusación. En todo caso, ante ella deberá responder el Sr. Castro. Tras la decisión judicial me pronunciaré sobre este tipo de cuestiones de la misma manera que lo habría hecho si no se hubiera judicializado la situación del club. Hay que elegir y no jugar con dos barajas en aras al protagonismo egocentrista.

Tengo presente, como supongo que los lectores también, que con carácter previo a la Junta la asociación Accionistas Unidos dejó claro que no permitiría una desestabilización institucional en el Sevilla FC. Y así lo entendió la mayor parte del accionariado minoritario que no habiendo agrupado con esta Asociación votó en el mismo sentido, que es el de la responsabilidad. Dicho sea con el máximo respeto hacia los accionistas sevillistas cuyo voto fue diferente aunque nadie de entre ellos salió a explicarse ni a abordar las cuestiones a las que he aludido arriba.

Los asaltos al poder son legítimos si alguien se considera con fuerza suficiente (que no era el caso por lo que había que recurrir a añagazas) pero conviene –si es posible y ahora lo era- elegir para ello el momento en el que la institución no sufra ni padezca sus consecuencias. Trabajaré con ardor para que ese marco se sostenga. Quienes deseen asaltar el poder o mirarse al espejo ante todos preguntándose si son guapos, que se busquen los apoyos precisos para una Junta Extraordinaria una vez concluya la temporada, pero ni al inicio ni en el desarrollo de ésta se deben usar la demagogia ni el egocentrismo desaforado para ejecutar propósitos que satisfagan intereses particulares y basados en un disparatado ego.

A las juntas del Sevilla hay que ir preparados, para eso hay que estar cualificado y no fiarlo todo a la improvisación y a los discursos grandilocuentes ni sibilinos. Yo observé con agrado que Accionistas Unidos acudió con los deberes hechos, con todas las situaciones estudiadas y con la aprobación previa en asamblea del sentido del voto que decidieron sus agrupados que desearon y pudieron ir o delegar su voto. La grandilocuencia quedó para el ejercicio de disparates protagonizados por otros.

En fin, ya son conocidos del sevillismo, uno desde hace mucho tiempo y que ya colapsó y otro que no sabemos si combustionó porque tras su espectáculo y escándalo dejó de interesarle qué opinaban otros sevillistas y se marchó cariacontecido de la Junta. Por cierto, reconocer y aplaudir la gallardía del Sr. Del Nido, quien aguantó hasta el último momento. Sus equivocaciones, tan numerosas, suyas son pero no le discutiré esa gallardía tan inútil como real.

Así que les resumo mi opinión:

-         Sí al reparto de dividendos por motivos de orden legal y social explicados arriba.

-         Sí a la remuneración del consejo en aras a la transparencia y teniendo en cuenta que se trata de, en este año, medio millón de euros para un incremento presupuestario enorme que nos lleva a pasar de los 200 millones de euros y a una capacidad adquisitiva ya ejecutada de 70 millones de euros en fichajes ampliable en el mercado invernal, lo cual disipa dudas sobre “no fichan para que haya más beneficios y así repartirse más dinero”.

o      No a la remuneración sólo por beneficios, que sólo se dé si además hay cumplimiento de objetivos deportivos reformando para ello los Estatutos Sociales del Sevilla FC (la autorización para la remuneración ha de solicitarse todos y cada uno de los años actualmente).

o      No a las obscenas cifras redondas: que sea un porcentaje incrementable según objetivos.

-         No al nuevo estadio propuesto por el Sr. Del Nido.

-         No al Sr. Del Nido y sus “yo haría” porque actualmente no tiene nada que hacer.

-         No al escándalo continuo ni a convertir al Sevilla en un circo por intereses egocéntricos que vienen de antiguo.

-         Sí a que el consejo reparta de la forma más equitativa posible los 500.000 € entre los consejeros que dedican horas y horas al Sevilla FC y que la presidencia y la vicepresidencia no sean las únicas efectivamente retribuidas ni con exageradas cantidades.

-         Sí a que el consejo sea más transparente y que su actitud bajo un reglamento del consejo de administración acote y no permita actuaciones que ensombrezcan el buen nombre del Sevilla por un uso inadecuado, por temporal que sea, de los recursos del Sevilla.

-         No a la judicialización interesada de asuntos sevillistas en aras al egocentrismo. Si se acude a esta vía, se deja actuar a la justicia sin juicios paralelos en tanto no exista una sentencia.

La irrupción de la fuerza del accionariado minoritario será decisiva para impedir cualquier abuso y menos de los que se acrediten convenientemente. El apoyo a un consejo se basará en lo mejor para el Sevilla y el Sevillismo, no en los intereses particulares de nadie como a veces ha ocurrido. A partir de ahora habrá que gobernar el club de otra manera.

Lo único que puede cambiar esto es que, como antaño, todos los capitales mayoritarios estén aliados de manera que el accionariado minoritario quede excluido de todo como ha sido tradicionalmente. Ellos verán.

Como sevillista y accionista estoy orgulloso del trabajo que desempeñó en la Junta la asociación Accionistas Unidos, mucha gente entregando su tiempo por nada, sin cobrar pero de verdad. Llamando a accionistas, atendiéndolos física y telefónicamente, visitando peñas distantes, atendiendo todas las peticiones. Un esfuerzo formidable. El resultado es que no existe ahora en el fútbol español una agrupación de accionistas minoritarios con esa envergadura, brío y tamaño.

Construyamos entre todos los sevillistas que deseamos lo mejor para el Sevilla por encima de cualquier interés personal o personalista un club cada vez más potente, más grande, con más participación del sevillismo en una gestión más transparente. Ésta fue siempre la guía, equivocada o no, de este sevillista que les habla. Abierto a todas las críticas y a debatir con todos quienes lo deseen a través de mi cuenta @NODO_SFC.

¡Viva el Sevilla!

    

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Viernes 15/12/17

Reflexiones sobre la Junta General del Sevilla FC 2017 (II) (por Ernesto López de Rueda)

(Foto: sevillafc.es)

2. La remuneración del consejo

Aludía anteriormente a la necesidad de profesionalizar el club. Con más o menos aciertos y más o menos errores, hay consejeros que dedican muchas horas de tarea al club, y eso en una sociedad que en este ejercicio fiscal facturará más de 200 millones de euros no puede hacerse gratis, por amor al arte.

Miren, perdonen, el argumento ese de que “se trabaja por amor al club”, de que “conozco a quien lo haría gratis” o de que “tan solo personas con una posición económica asentada pueden ser administradores del club” es, a mi juicio, un dislate hoy en día. El profesor universitario José Parra, y eminencia en estos asuntos, lo explicó en la Junta: trabajar sin cobrar suena mal.

Y es nocivo porque invalida o atenúa el concepto de responsabilidad. Los sevillistas nos preciamos de exigentes, lo somos y lo seremos y ahora con más razón, todavía en grado superlativo. ¿Se le pueden exigir a un consejero responsabilidades por su parcela cuando va al club a echar unas horas que roba a su tiempo laboral y ocupaciones familiares y ocio? Dirá: oigan, que yo vengo aquí por amor al arte luego no me pidan responsabilidad, pídanme arte o que cuente chistes.

Hace 8 años en una Junta General (2009) interpelé al entonces presidente, José María del Nido, acerca de avanzar en la necesidad de profesionalizar al club y dado que dedicaba tantas horas a la entidad, que percibiera remuneración por ello (aquellos famosos “yo no cobro del Sevilla pero por mi dedicación el Sevilla gana “x”). Su respuesta fue contundente: “yo afortunadamente gozo de una posición por la que puedo dedicarme al Sevilla 28 de 24 horas diarias sin necesidad de cobrarle”.

Hoy sabemos que el Sr. Del Nido tenía otras fuentes de financiación que lo llevaron a prisión. Condenado a más de nueve años por los casos “minutas” y “fergocón” y que aún cumple en tercer grado como prisión atenuada. El primero de esos casos se desarrolló antes de su acceso a la presidencia del Sevilla FC. El caso Fergocon del que asumió su responsabilidad criminal coincidió, como mínimo, en el tiempo durante su presidencia en el Sevilla FC en seis meses en los que, según reconoció, cogía dinero del Ayuntamiento de Marbella mientras ejercía como presidente del Sevilla FC. Lo cogía “allí” según se entiende. Pero necesitaba dinero para sostener a su familia, para comprar acciones del Sevilla y consolidarse en el poder o para lo que fuera. Si legalmente hubiera cobrado del Sevilla, quizás todo aquello no hubiera pasado, o a saber.

Además ¿Queremos un club en el que sólo puedan presidirlo y dirigirlo personas adineradas? ¿No puede haber sevillistas capaces y capataces para gobernar la nave que pertenezcan al planeta tierra del común de los mortales? Lo calificaría de discriminación económica repelente e inasumible porque el Sevilla FC desde sus propios inicios es un club abierto a los hombres de toda condición social, económica, religiosa y de otros tantos aspectos como ya fuera definido hace más de un siglo por uno de sus primeros presidentes.

Dicho esto, aclararé unas cuestiones sobre el asunto y explicaré mi posición personal.

Veo lógico que el consejo perciba remuneraciones. Particularmente las veo vinculadas al cumplimiento de objetivos deportivos y no sólo económicos. Ocurre que en los actuales Estatutos Sociales del Sevilla FC ante los que hay que plegarse, no se contempla de esa forma. La otra noche Accionistas Unidos anunció que reclamará su modificación en la próxima junta general, una aportación que preveo interesante.

A mí, a Ernesto López de Rueda Cossío, me pareció obscena la fórmula propuesta por el consejo. En el artículo 30 de los estatutos sociales del Sevilla FC se dice que dichos emolumentos no podrán superar el 10 % de los beneficios líquidos (23,5 millones de euros), por lo que el máximo habrían sido 2,35 millones de euros y se ha decidido por parte del consejo que sean 500.000 €.

Si digo que me parece obsceno es porque se han fijado 500.000 €, no un porcentaje que, en este caso, es del 2,13 %.

Ninguno de los lectores (o pocos) percibirán su digna nómina expresada en “X.00,00” €. Probablemente quienes superen los mil euros recibirán 1.425,87 o los que desgraciadamente no, tendrán 718,41, a título de ejemplos. Pues no, el consejo del Sevilla quiere 500.000 como único criterio sin enumerar siquiera las funciones propias de la tarea que origina la prebenda.

En ese sentido y también a modo de ejemplo, estudio una propuesta que trasladaré a Accionistas Unidos para que la valore junto a las que trasladen otros sevillistas para que se contemple una aplicación fija de reparto de dividendos del 1 % en caso de que haya beneficios y con incentivos por consecución de objetivos tipo, a sabiendas de que puede haber una mayor casuística de la que expresaré a continuación. Puede valer ahora tan solo como exposición al caso:

-         El 0,25 % más si el primer equipo se clasifica para UEL.

-         El 0,5 % si el equipo gana la Copa.

-         El 0,25 % si el equipo gana la Supercopa de España.

-         El 0,25 % si el equipo gana la Supercopa de Europa.

-         El 0,75 % si el equipo gana la UEL.

-         El 1 % si el equipo se clasifica para la UCL.

-         El 2,25 % si el equipo gana la Liga.

-         El 3,75 % si el equipo gana la UCL.

Y todos esos conceptos acumulables. Si eso hubiera estado en vigor ya, este año se estaría hablando de una remuneración al consejo del 2 % (el 1 % fijo y otro 1 % por la clasificación para UCL) y una asignación total parecida a los dichosos y caprichosos 500.000 € que suponen el 2,13 %.

¿A alguien le habría molestado? ¿La gente tiene tiempo para criticar que otros cobren por trabajar? Supongo que las críticas las harán en su tiempo libre y que preferirán que los consejeros en lugar de dirigir al Sevilla y percibir justificados emolumentos por ello, se dediquen a escribir en twitter y entre tuit y tuit echen algún ratito para el club.

¿A algún sevillista le importaría que en el próximo ejercicio hubiera 50 millones de euros de beneficios y que se retribuya con 5 millones de euros al consejo por ganar Liga, Copa, Champions, Supercopa de España y Supercopa de Europa? ¿Alguien piensa que el Sevilla crece en su presupuesto año tras año (aunque no se ganen títulos) pudiendo construir equipos más potentes por arte de magia o por trabajo?

¿Realmente alguien piensa que organizar un club y una empresa como el Sevilla se puede hacer gratis? ¿Que la dedicación de muchas horas no se paga ni hay que pagarla?

Otra cosa es la capacitación para los cargos y esto sí es algo que en aras a la profesionalización el club deberá estudiar con seriedad y para lo que también deberemos apretar los accionistas minoritarios. Los accionistas mayoritarios con poder para estar en el consejo debieran ir pensando que sus intereses deben estar representados por consejeros profesionales especializados en distintas áreas y a los que se les exigirán responsabilidades.

Esto lo extrapolo a la presidencia del club que guardando algunas funciones ejecutivas definidas y listadas, debiera ir tomando el color de la presidencia representativa delegando sus facultades en profesionales. E incluso esas funciones representativas y ejecutivas habrán de estar tasadas y remuneradas.

No soy partidario de la teoría de que tan solo puede ser presidente del Sevilla quien tenga una posición económica desahogada y que los futuros presidentes puedan trabajar “gratis” para el club desempeñando esa función, me cuesta creer en ella. Y no aprecio muchos ejemplos en el fútbol español. En el Sevilla de la SAD, para qué contar.

No entiendo al Sevilla del futuro más cercano de otra forma.

El fútbol, nos guste o no y quien lo desee puede bajarse del barco de este deporte tal y como rige ahora en la alta competición, está ultraprofesionalizado y se abundará en ello. Es un negocio del que no participan tan solo los clubes, sino las organizaciones supranacionales como FIFA y UEFA, entes en los que se abren ideas enfocadas a la creación de superligas europeas y mundiales en las que, oh, casualidad, hoy por hoy estaría el Sevilla.

No habrá marcha atrás de esas organizaciones, el negocio es el negocio. Y quienes compitan ahí (lo escribo a 12 de diciembre de 2017 y apostaría a que no se demora más de 3-4 años) serán megaclubes con plantillas de 40 jugadores para abordar la Copa y Liga nacionales así como las ligas europeas y mundiales. Habrá megaclubes gigantes como el Madrid y los de su tamaño, y megaclubes más humildes entre los que puede estar el Sevilla salvo que lo deseemos en su dimensión de club de andar por casa para competir en el ámbito más restringido y reservado a quienes hoy en día no pueden soñar con equipararse a nosotros. Cuestión de elección.

Y siempre he mantenido que prefiero un Sevilla “cola de león” antes que “cabeza de ratón”. Prefiero competir contra Atlético de Madrid y Valencia y superarlos como en ocasiones sucede, a hacerlo contra -con todos los respetos- Español, Real Sociedad, Depor, Betis o Rayo que en ocasiones también nos superan. La altura del desafío responde a la propia naturaleza del Sevilla: se es grande cuando se compite contra las grandes y el objetivo no se centra en capitanear el pelotón de los más débiles.

Dirigir a clubes grandes cada vez exigirá mayores plantillas de economistas, abogados, expertos en comunicación y marketing, equipos técnicos deportivos y, por supuesto, capacitación en la dirigencia. Los accionistas minoritarios tenemos el reto de evaluar esos desafíos y ayudar al club a afrontarlos. El reto no es solo para la organización, compete a todos. Necesitamos sevillistas cualificados en muchas disciplinas: economistas, abogados expertos en mercantil, en legislación deportiva, arquitectos, expertos en marketing, en comunicación, y lo dice quien no es nadie en el Sevilla ni en el Sevillismo ni tiene ambición por serlo.

Aclaro, porque algunos tienen las uñas largas y afiladas y la lengua viperina. Como periodista y como sevillista, qué no daría yo por ser, por ejemplo, el director de comunicación del Sevilla como soñaría cualquier periodistas sevillista, o como cualquier abogado que se precie gustaría de dirigir su departamento jurídico o un economista el económico o un fiscalista el financiero y así con todas las profesiones que se pudieran enumerar. Un sueño, que nunca ha sido otra cosa, como cualquier otro, máxime cuando hablando de ese puesto, en el Sevilla está cubierto por mi amigo y mejor profesional Jesús Gómez, ejemplo de eficiencia y, además, de ultra sevillismo.

Mi obsesión es la mejora permanente del Sevilla y eso me ha llevado en ocasiones a comulgar  con ruedas de molino ¿Qué es más importante, mejorar al club o imponer el criterio propio y si no, no juego?

Sinceramente, me gustaría que el consejo de Administración del Sevilla FC procediera a un reparto más equitativo de los 500.000 € autorizados para su remuneración y no las cifras oídas. Quiero un Sevilla en el que el consejero de asuntos médicos del Sevilla cobre un buen dinero para exigirle absoluta responsabilidad en la elección de doctores, médicos y procedimientos para tratar a los lesionados del club mejorando a otros clubes y quiero que el consejero de instalaciones perciba una buena retribución para poder exigirle responsabilidad por el perfecto estado de los bienes muebles del Sevilla.

La otra noche, el consejero José María Villanueva Ruiz Mateos ofreció una muestra de sus capacidades. Como sevillista y como accionista me siento tranquilo con él al frente de esa parcela ¿No percibirá remuneración por ello? Resulta incomprensible a todas luces.

Y me gustaría que esto lo hubiese explicado, razonado y fundamentado el consejo y que no tenga que hacerlo nadie más, podían haberse esmerado.

Y esto, que el consejo sea mejor, más transparente, eficiente y que sepa explicarse mejor es algo en lo que a partir de ahora influirá decisivamente el accionariado minoritario, el que la otra noche preservó la estabilidad del club.

Hasta ahora había consejeros que habían obtenido importantes retribuciones, casos de José María del Nido Carrasco (más de 150.000 €) y Manuel Vizcaíno Fernández, quien además percibió tras su salida 631.000 €, fruto de un contrato firmado por el ex presidente José María del Nido del que nadie tenía conocimiento y que apareció por arte de birlibirloque años después de la salida de ambos del club y suscrito, se supone, por ambos con anterioridad sin conocimiento del resto del consejo.

Pero ahora, ¿el Sr. Del Nido viene a pedir que los consejeros no cobren? ¿Dónde está la transparencia? ¿Antes cuando existan contratos sorpresa guardados en determinados cajones o ahora que se exponen ante todos los socios y la opinión pública sevillista?

¿Queremos transparencia o no la queremos?

@NODO_SFC

Última entrega: 3. Sorpresas en la Junta

    

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Viernes 15/12/17

Reflexiones sobre la Junta General del Sevilla FC 2017 (I) (por Ernesto López de Rueda)

(Foto: ABC)

Ernesto envía a esta su casa su parecer sobre lo acontecido el pasado día 11 en el Hotel Los Lebreros. Unas amplias reflexiones que, por su interés y extensión, se harán públicas aquí en tres entregas consecutivas:

1. El sí al reparto de dividendos

2. La remuneración del consejo

3. Sorpresas en la Junta

Comenzamos:

 

Intentaré desde estas líneas expresar mi interpretación de lo ocurrido el lunes en la Junta General de Accionistas 2017 del Sevilla FC. Abarcar su desarrollo, distintas lecturas y sus posibles consecuencias no es fácil y precisa de aclaraciones que, sépalo la audiencia de antemano, imposibilitan que el análisis sea sucinto, por lo que pueden armarse de paciencia y, espero de comprensión. Se trata, quizás, de la tercera Junta en importancia de las más de 30 celebradas por el Sevilla FC SAD en sus 25 años de existencia como tal, junto a las de la ampliación de capital con renuncia del derecho de suscripción preferente y la del World Trade Center, ambas en la segunda mitad de los 90, hace unos 20 años.

Son muchas las personas que me han pedido explicaciones o que cuente qué veo o cómo lo veo. Por ello respondo al compromiso personal con sevillistas que han depositado su confianza en mí, extensivo a quienes no lo han hecho e igualmente me preguntan. Procedo, pues, a trasladar mi visión absolutamente particular y singular de lo acontecido.

Llevo casi 24 años laborando en pro del Sevilla FC en su configuración como SAD en defensa de sus intereses, que siempre he creído mejor representados en los del accionariado minoritario y no en el de los grandes capitales, aunque hablar de grandes capitales en una sociedad como el Sevilla en la que los tres principales grupos familiares poseen títulos por valor de 1,6 millones de euros en el caso de la familia Del Nido  y de 900.000 € en el caso de Sevillistas de Nervión (José Castro, Francisco Guijarro y Roberto Alés) y de la familia Carrión expresan claramente cuán poco (por más que sea mucho para los accionistas minoritarios y que los capitales mayoritarios hayan pagado sobre precios por dichas acciones) cuesta manejar una sociedad que en esta temporada ejecutará un presupuesto superior a los 200 millones de euros con beneficios millonarios previsibles.

Por otra parte, aclarar que en el fútbol de hoy, según lo entiendo, es necesario combinar la máxima profesionalización con el vínculo emocional al club de fútbol. No todo es SAD, ni puede, ni debe serlo, pero sí en unos rangos de los que debemos ser conscientes también los accionistas minoritarios, cuya presencia en la Junta representó el porcentaje más alto de los habidos hasta ahora, superando según mis cálculos (unas 13.000 acciones) el 17,5 % del capital presente en la sala en representación de unos 1.470 accionistas de los 1.515 presentes o representados en la Junta.

Estaba el capital (al que no negaré su condición de sevillista) y estaba el corazón en el sentido más puro. Un 17,5-18 % entre las fronteras de Del Nido (35 % de las acciones presentes) y Gómez Miñán (5,4 %) por un lado y a Sevillistas de Nervión de los Castro, Alés y Guijarro (20,2 %) y la familia Carrión (con aproximadamente el mismo porcentaje). Es decir, dos bloques que aglutinaban fuerzas parejas y contrapuestas, el 40,5 % por un lado y el 40,5 % por el otro, y en medio, el dique del 17,5-18 % de los accionistas minoritarios presentes. El resto, quizás a repartir entre los dos grandes bloques por las compras de acciones que han venido haciendo.

En este contexto les explicaré cuanto entienda sometiéndome a cuántas cuestiones quieran plantear o criticar.

(Foto: Estadio Deportivo)

 

1. El sí al reparto de dividendos

Una gran parte del accionariado minoritario presente en la sala así como Accionistas Unidos, votaron que sí al reparto de dividendos y sí a la remuneración de los consejeros, lo cual ha suscitado cierta controversia que plantean sevillistas que no son accionistas y otros que lo son.

Valoro que los votos afirmativos como un responsable movimiento de anticipación a posibles efectos perniciosos de la aplicación del artículo 348 bis de la ley de sociedades de capital (LSC) que pueden colegir, entre otros, de este artículo del diario económico Expansión, una de las referencias en nuestro país al respecto.

Dicho de otra forma y con un ejemplo que pudiera ocurrir: imaginen que un accionista del Sevilla aglutina el 25 % de su capital social, unas 25.000 acciones en números redondos.

Y atenderemos a lo dispuesto en la Ley de Sociedades de Capital en sus artículos 348 bis y siguientes.

El valor contable de dichas acciones según los fondos propios de que hoy dispone el Sevilla es de 739 € por acción, pero ése no es su valor de mercado que sería el que alguien pagara por esas acciones.

Evidentemente ningún accionista minoritario del Sevilla estaría en condiciones de comprar un 25 % del club que sería un primer paso para el control de éste. La consultora KPGM, referente mundial, valoró recientemente al Sevilla en 261 millones de euros. El 25 % de esa cifra son 65 millones de euros, redondeemos a la baja: 50 millones de euros.

Y ahora imaginemos que el poseedor de ese 25 % un día expone que se cumplen los siguientes requisitos:

-         La SAD Sevilla FC tiene más de 5 años de antigüedad.

-         Lleva 5 años consecutivos ofreciendo beneficios.

-         No ha repartido dividendos.

Y plantea que, teniendo en cuenta su posición e inversión y que no es (según la LSC) retribuido por ello, pretendiéndolo, decide abandonar la SAD Sevilla FC. En esto, las palabras se las lleva el viento y obras son amores y no buenas razones.

En este contexto la ley establece que el accionista que desea abandonar al Sevilla FC puede negociar con la propia entidad para que se valoren sus acciones. No olvidemos el valor contable o mínimo de 739 €, por lo que según el propio club esas 25.000 acciones habrían de ser valoradas en, como mínimo, 18,5 millones de euros que habría que pagar a dicho accionista.

Pero ese accionista está facultado por la LSC para acudir a través del registro mercantil a la valoración que un perito o auditor haga de la sociedad, que evidentemente superaría los 740 € aproximándose a su valor de mercado. Sin ir más lejos, KPGM valora las acciones en 2.522 € cada una siendo, como dije, referencia mundial cuyos análisis están en la mesa de todos los inversores.

Pongamos que el auditor no se va a tanto y las valora (cosa harto imposible porque intuyo que sí sería más) en 2.000 €. El Sevilla FC SAD debería abonar a dicho accionista 50 millones de euros. No digamos si ese ejemplo lo siguen accionistas que titulan en total 60.000 acciones. ¿Alguien puede imaginar el impacto en la economía sevillista de accionistas que desean irse y que legalmente pudieran exigir 120 millones de euros como podrían ser 80 o 180?

Habiendo existido ya la venta-recompra de un paquete significativo que salió de la órbita sevillista y sevillana por parte del accionista mayoritario, el reparto de dividendos hace desaparecer un riesgo, disminuye la incertidumbre empresarial, cura en salud.

 

NO SE PUEDE NO REPARTIR DIVIDENDOS

Es una razón de orden legal y con importante repercusión económica caso de darse. Y se distribuyen dividendos por valor de 1,5 millones de euros. Teniendo en cuenta que está “desaparecido” aproximadamente entre el 10 y el 12 % del accionariado, la cantidad final rondará los 1,25 millones de euros (el resto se quedaría congelado). En los 14 años de clasificaciones europeas y éxitos que llevamos, los presupuestos del Sevilla FC han sumado aproximadamente la cifra de 1.320 millones de euros y los beneficios han superado los 150 millones de euros. Son magnitudes para comparar pues en orden a los presupuestos los 1,25 millones de euros representan un 0,09 % de ellos y atendiendo a los beneficios, un 0,83 %.

Y hago un inciso. Como todo el mundo observó, Accionistas Unidos a través de su presidente, Eduardo Arenas, planteó la adecuación o reforma de los Estatutos Sociales del  Sevilla FC a la LSC también en lo referente a las causas para la exclusión de un accionista habida cuenta de los ejemplos de deslealtad al Sevilla FC protagonizados por algunos de sus antiguos administradores en los últimos años y por lo que pudiera pasar en el futuro con socios (administradores o no) que no mantengan la lealtad debida al Sevilla FC. Algo que ha pasado desapercibido y que a mí, particularmente, me gustaría que encontrara desarrollo.

Aparte de la razón legal explicada hay otras: con esa medida se “revitalizará” al accionariado minoritario, las familias procurarán poner en orden sus acciones, muchas de ellas en el cajón del olvido. En la noche del lunes el 12,5 % del capital total del Sevilla representado por el accionariado minoritario fue decisivo, su valor ha crecido y es el momento de exigir contrapartidas en orden al buen gobierno del club como espero que se aprecie muy pronto.

Y otra más: es una puesta en valor económico de la acción, una declaración de que su valor no es el de 200 o 400 € que los accionistas mayoritarios ofrecen para comprar acciones. Su valor mínimo es de 739 €, su valor real supera esa cifra duplicándola al menos. Creo que por primera vez en 25 años desaparecerá o menguará el voraz apetito de los accionistas mayoritarios por reforzar su posición como dueños del club depredando entre el cuerpo social de los accionistas minoritarios. El accionariado minoritario se ha percatado de su poder y eso es bueno para el Sevilla.

Todo esto no es humo: son realidades.

Explicado lo anterior, otro punto de controversia ha sido el de la asignación de emolumentos para el consejo.

@NODO_SFC

Próxima entrega: 2. La remuneración del consejo

    

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Martes 12/12/17

Mi intervención en la Junta General de ayer (por Francisco Romero)

Sevillistas, presidente: no salgo a este atril desde que estábamos juntos en las trincheras frente a los invasores madrileños y marbellíes -¿recuerdas?- y, aunque seguimos en trincheras cercanas y en el mismo bando, es verdad que un partido no lo cambia todo -un borrón decía el presidente- pero sin duda lo que es insoportable es la trayectoria.

¿Se puede perder en la Cueva de Alí Babá? Es lo habitual. Si me lo permites, hasta se puede perder ofreciendo la lamentable imagen de anteayer (no ha sido la primera vez). Lo imperdonable de verdad es que, en las previas, ningún sevillista apostara por su equipo, que ningún sevillista creyera en la gesta, que todos diéramos por amortizado el partido, que todos presumiéramos que el de los balones dorados, las colonias caras y las maternidades de alquiler se reencontraría con el gol, que el “equipo del gobierno” haría el mejor partido de la temporada, que no cupiera, siquiera, una chispita de ilusión en nuestros corazones. Y eso sí que es injustificable.

¿Y de dónde vienen esos males? Pues muy simple: esos males vienen de la configuración de una plantilla sin alma, desconocedora de lo que significan la casta y el coraje de nuestro himno.

Dicen los que están más atentos a la actualidad que fue Monchi en compañía de otros gurús que “saben de esto” los que, para dar un paso más en este Sevilla de éxitos, optaron por entregar la plantilla a un iluminado de La Pampa que, casi sesentón, vino a decirnos a los europeos que no teníamos ni idea de esto, al tiempo que cargaron de calidad y “jogo bonito” a la plantilla en detrimento de esos otros atributos con los que habíamos conseguido seis títulos europeos y que, al parecer eran ya nuestro techo; una plantilla en la que primara la aptitud sobre la actitud, la clase sobre la entrega y el sacrificio.

Y miren ustedes, a todas luces estaban equivocados: Lo que el Sevilla ha sido, lo que es y lo que en el futuro ha de ser debe cimentarse a base de casta, coraje, alma y sacrificio, de carretera de Utrera, de ADN nacional, un mercado, por cierto, que nos ha dado espléndidos resultados y que ha sido abandonado no se sabe bien porqué (los últimos, Sarabia o Escudero).

Poniendo eso en liza, la chispita de calidad decidirá. Al contrario nunca: sin tirar de esos argumentos cualquier rival nos ningunea, como está ocurriendo lejos de Nervión durante ya una temporada y media. El Sevilla como forastero es lamentable, es un suplicio verlo y estoy seguro que ustedes han detectado el problema y que su análisis -que naturalmente no van a hacer público- no difiere mucho de éste. De hecho, para tratar de remediarlo anunciaron hace apenas dos meses la incorporación de un “mediador”, de un enlace entre el club y el primer equipo, una figura sin duda tan necesaria como ineficaz hasta el momento, pero nadie se explica a estas alturas, quizá porque ustedes no lo han explicado ni bien ni mal, por qué se elige, para estos menesteres y, con todos los respetos que merece, a un desconocido para el sevillismo. ¿No hay un exjugador del Sevilla FC, conocedor de nuestros valores, de nuestras pasiones, capaz de llevar a buen término esta función? Un Andrés Palop, un Caparrós...

Sé que lo pido, lo que imploro casi, no puede ser inmediato: hemos confeccionado una plantilla donde el alma es inexistente. Los números del último partido lo dicen todo: 20 minutos del primer tiempo, 2-0 y ni una falta en contra; 30 minutos, 3-0 y tres faltas; 40 minutos, 5-0 y cuatro faltas... ¡Cuatro faltas y una manita! Por cierto, ¿cuándo llegará el día en que, al menos nuestro capitán, exija al árbitro la tarjeta para un oponente mientras uno de los nuestros se retuerce de dolor en el césped? ¡Hasta esa presión de manual sobre el trío arbitral ha desaparecido del mapa!

Nos hemos desprendido de los Cokes e Iborras y sí, yo los señalo, le hemos dado la titularidad (y ellos no son culpables) a los Franco Vázquez y Correas. Y así es imposible. ¿No podemos competir con el Levante y traernos otra vez a Coke? ¡Sí, a Coke!

Repito que esto no se soluciona en un día, ni siquiera en el mercado de invierno pero enero ha de servir para sentar las bases de lo que indefectiblemente hay que hacer en junio: conformar una plantilla que empiece por el portero y termine por el extremo izquierdo con alma, con sentimiento, de la que nos podamos sentir orgullosos incluso encajando una manita en la Cueva de Alí Babá, porque esto es fútbol, un espectáculo que dista mucho de la danza clásica en la que lo hemos querido convertir.

Pero, ¡ojo!, que no se froten las manos la manada de mamporreros y abogados mediáticos venidos a menos, los mismos que han convertido el “cuanto peor mejor” en su estilo de vida, porque esa plantilla para los nuevos éxitos la tiene que conformar la dirección deportiva con usted al frente.

Dos ruegos finales para el debate. Espero y deseo que lo sepamos interpretar correctamente:

- Han pasado ya diez años desde que, con las botas puestas, nos dejó Antonio Puerta y una parte ya importante de la grada no vivió aquellos dramáticos instantes que merecen ser recordados siempre con honor. Desconozco los motivos pero “el 16” lleva algún tiempo convertido en un minuto que se hace eterno para el escaso porcentaje de seguidores que aún batimos palmas y coreamos su nombre los días de partido.

Un minuto de silencio es una muestra de respeto que dura eso, un minuto, pero nos es el caso: un minuto de recuerdo no tiene porqué ser el tiempo que dure el homenaje a Antonio. Creo que debemos retomar el asunto, reincentivar su memoria y, por ejemplo, todos a una, en el minuto 16, durante 16 segundos a tope, llevar nuestras gargantas a la gloria.

- La otra cuestión: otra vez el marketing. La equipación del Sevilla FC que la gran mayoría de los aquí presentes conocimos y con la que nos identificamos fue la camiseta y calzonas blancas y medias blancas con vueltas rojas. Desde el Centenario recuperamos las primitivas medias negras y con ellas el éxito de nuevo. Nada que objetar, pero ¿por qué se han olvidado y no se han vuelto a utilizar las medias blancas con vueltas rojas cuando hay coincidencia con el rival de turno? Ha transcurrido una docena de años y no se han vuelto a ver.

Ahí lo dejo. Buenas noches, sevillistas.

    

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Lunes 23/10/17

Nos toma por imbéciles: ¡Berizzo, vete ya! (por Francisco Romero)

Si, tras las definitivas y horripilantes puestas en escena de Bilbao, Moscú y Valencia, no lo teníamos claro, va hoy el técnico y se deja caer con una máxima que hace aguas por todos lados: "Tres partidos para recuperarnos de una semana mala". ¿Tres partidos? ¡Falso de toda falsedad! El Sevilla no ha hecho un solo partido digno en la vigente temporada. Nueve encuentros de Liga donde solo ha sido superior al Málaga y cinco de UEFA Champions League donde solo los eslovenos del Maribor parecieron (y digo bien, parecieron) inferiores.

"El de mañana es un partido muy importante. Son tres partidos para recuperarnos de una semana mala. Esperamos esta semana recuperar los puntos perdidos. Esta semana tiene que ser mucho mejor tras una semana mala. La semana ha sido mala, no un drama. Perder es algo no deseado y necesitamos victorias. En Mestalla hubo una buena primera parte, pero luego fuimos superados por los atacantes rivales. En los últimos minutos el resultado se abulta. El responsable soy yo, siempre que hay problemas soy yo el responsable. Hay que trabajar para que eso no vuelva a suceder". Cierto, aunque no el único culpable, el responsable sí eres tú: responsable de no lograr un equipo con una plantilla hecha para gestas ahora impensables, culpable de no poner sobre el césped a los baluartes de la casta y el coraje, responsable también de alinear una caterva de extranjeros desconocedores de la trascendencia del club en detrimento de los que lo dan todo en materia de actitud y de aptitud. ¿Verdad, Sarabia?

"Tres partidos para recuperarnos de una semana mala". Y se queda tan pancho. En Copa comenzaremos a verlo a partir de mañana donde a un Cartagena de 2ª B -lo anuncio- puede caberle el honor de descabalgarte del banquillo sevillista, ése al que nunca debiste llegar. Error si, pese a todo, te mantienen una semana más: la que permitirá que Leganés y Spartak no solo te saquen los colores sino que hagan sonrojar a una afición sin culpa alguna del desastre que se avecina.

    

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Viernes 19/05/17

Cornudos y apaleados: ¡"Sampancracio", vete ya! (por Francisco Romero)

(Foto: Diario de Sevilla)

#Sampancracioveteya

No ha sido con Alain Delon, tampoco con Eli Wallach, aunque sí con el más parecido al Brad Pitt del fútbol de selecciones: Sampancracio, con luz y taquígrafos, nos ha puesto los cuernos con la AFA, lo hemos cogido infraganti y, encima, mientras suplica a la espera de un perdón imposible con el tan socorrido “esto no es lo que parece”, pretende que comulguemos con la rueda de molino de su profesionalidad.

Él, que ha presumido de amateurismo, pretende engatusarnos ahora vendiéndonos su profesionalidad. Nos trata como a imbéciles y a lo mejor lo somos.

Hoy se ha despedido en una rueda de prensa que, por vergüenza torera, nunca debía haber concedido. Desglosémosla a grandes rasgos para escarnio propio y, si quieren también, de los ajenos defensores de este rabanito vendedor de crecepelos:

“El del sábado es un partido tan trascendente como el primero, porque tenemos la meta de traspasar los 70 puntos y quedar dentro de la historia, por eso nadie me va a sacar de él”.

¿De verdad es trascendente? ¿De verdad que este hecho va a quedar para la historia? ¿Imaginan a Emery echándose esas flores?

“Hoy sí me puedo sentar a evaluar  porque ya conseguimos el objetivo, hemos cosechado 1,70 goles por partido y solo dos penales fallados ante el Leicester nos eliminaron”.

El objetivo liguero, sin duda, conseguido. ¿De los goles encajados nos olvidamos? ¿Fallar la mitad de los penaltis tirados -cinco consecutivos- es solo mala fortuna?

“En el verano no me fui porque convencí a muchos futbolistas y no podía dejar todo lo que he armado”.

¿No sería por una cláusula inalcanzable para la AFA? ¿Y ahora qué hacemos con algunas de las piltrafas que has traído?

“Nadie podía imaginar estos números y que toda Europa hable de Sevilla. Ha habido una unión muy fuerte entre nuestra propuesta y la gente”.

Eso después de ser eliminados en segunda ronda de Copa del Rey sin competirle al Real de Madrid y en octavos de Champions ante un donnadie todavía venido a menos.

“Conseguimos una identidad de juego que nos acercó a la esencia de fútbol del Sevilla y nos llenó de expectación durante casi doce meses. Tras un semestre genial nos ilusionamos y no logramos concretar las expectativas”.

¿En qué quedamos, un año o seis meses?

“No he dado la lista de Argentina porque tengo que estar autorizado por el Sevilla. Podré dar una lista si me autoriza el presidente del club, pero aquí hay una mala intención no solo de la prensa…”.

¿Cómo? Mientras señala con el dedo a gran parte de una afición no apesebrada, muestra la patita enharinada hasta la ingle, echando la culpa a los comunicadores. Bastaba con una respuesta tan sencilla como “la lista no puedo darla porque no soy el seleccionador argentino”.

"¿Será este mi último partido? Ya deseché hace tiempo la posibilidad de marcharme, ahora no lo podía rechazar, aunque los desvínculos [sic] todavía no están resueltos…".

O sea, que sí, pero no tengo lo que hay que tener para decirlo: ni pasta, ni de lo otro.

“Hemos hecho un buen trabajo a pesar de que los mejores jugadores se van a los grandes, también a pesar de la salida del director deportivo y del paro de los Biris que no pudieron estar”.

¿Tiene que atravesar el Atlántico para conocer el potencial de los grandes de Europa? ¿Ahora se acuerda de Monchi? ¿Los Biris, no pudieron o no quisieron estar?

“Ganamos los dos clásicos que para la gente es muy importante”.

Esto ya es para nota: muy deficiente y no vuelva en septiembre.

“Estoy dejando al Sevilla por mi selección, por mi corazón. La afición me recibirá con lo que ha consumido estos días en los medios…”.

Con ser grave todo lo anterior, esta es la mayor falta de respeto a los aficionados. Es decir, las ovejitas asiduas a Nervión asistiremos condicionadas por lo que digan la prensa y las redes sociales. Cornudos y apaleados.

“Que la gente me recuerde por la manera de jugar, con mucha juventud, peleando torneos y compitiéndoles a los grandes”.

Imposible, Sampancracio: me has aburrido como nunca. ¿Juventud? Hasta la penúltima jornada no has contado con un solo jugador del filial, único del fútbol profesional en Segunda División. ¿Compitiéndole a los grandes?

El Sevilla, pese al éxito liguero, fuera de casa ha sido un equipo sin alma durante toda la temporada, tanto que el himno ha estado a punto de ser cambiado: “el equipo de la casta y el coraje… de otros tiempos”.

Dicen que es ahora -cuando las cosas al final se han torcido- cuando arrecian las críticas hacia este rabanito, casi sesentón, que nos llegó el pasado verano a Europa diciéndonos a la cara cuan torpes somos en cuestiones futbolística. Algunos ya lo calamos desde el partido de ida de la Supercopa de España, allá por agosto:

Domingo 14 agosto 2016: 0-2. ¡... Y, además, es imposible!

Sábado 10 septiembre 2016 2-1. ¡Bendita injusticia! (Segunda parte)

Sábado 17 septiembre 2016 1-1. ¡A mí la Legión!

Sábado 24 septiembre 2016 3-1. ¡Maldita justicia!

Sábado 15 octubre 2016 2-3. Un Sevilla de vergüenza acaba con 17 meses de oprobio

Sábado 19 noviembre 2016 2-3. La gran diferencia entre la mentira y la verdad

Sábado 3 diciembre 2016 2-1. Sin alma no hay paraíso

Miércoles 3 enero 2017 3-0. Cortesanos contra yonkis y gitanos

Sábado 11 marzo 2017 1-1. Bla, bla, bla...

Martes 14 marzo 2017 2-0. Desahucio express

Domingo 19 marzo 2017 3-1. Gladiadores vs. ursulinas

Miércoles 5 abril 2017 3-0. Vergonzosa incomparecencia

Sábado 8 abril 2017 4-2. Cogido con alfileres

Viernes 21 abril 2017 2-0. Pachanga marinera

Lunes 1 mayo 2017 4-2. Amateurismo infame

Viernes 5 mayo 2017 1-1. Amateurismo suicida

Domingo 14 mayo 2017 4-1. Amateurismo circense 

P.S.- La foto del Diario de Sevilla que ilustra esta página lo dice todo: Última comparecencia en el Bernabéu y teléfono en ristre mientras el equipo se jugaba la dignidad en el césped.

#Sampancracioveteya

    

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Martes 21/02/17

¡Gordo!: Antiviolencia ha perdido el oremus (por Francisco Romero)

Con ocasión de la reiterada noticia de que un grupo de ultras sevillistas expuso en la grada de El Sadar una pancarta con la leyenda “Gordo”, mote de uno de los sevillanos detenidos como sospechosos de la violación en grupo que tuvo lugar los pasados Sanfermines, ya hubo ocasión en estas páginas de censurar lo fácil que vemos la mota en ojo ajeno mientras nos mostramos incapaces de ver la viga en el propio.

 

No pareciéndole bastante, según ha informado el Consejo Superior de Deportes (CSD), la Comisión Antiviolencia ha propuesto una sanción de 4.000 euros y prohibición de acceso a recintos deportivos durante doce meses, a la persona que colocó la pancarta, al considerar que el mensaje supone "un claro apoyo al aficionado que se encuentra actualmente en prisión preventiva por su presunta participación en una agresión sexual ocurrida en Pamplona en julio de 2016".

 

¡Han perdido el oremus! ¡Con qué facilidad se dispara contra unos mientras se guardan de apuntar a otros! Dando por bueno que la pancarta va dirigida en apoyo de uno de los investigados (que ya sería hilar fino), hay que continuar subrayando, al día de hoy, que los sospechosos aún no han sido condenados y que gozan -deberían gozar- de la presunción de inocencia que a todos nos ampara. Tiempo tendrán de purgar sus culpas, llegado el caso.

 

 

Dirán algunos que no son circunstancias extrapolables pero quiso la casualidad que el mismo día y a la misma hora dos expresidentes del Gobierno de España, en comparecencia pública y rodeados de buena gente, solicitaran la excarcelación del opositor venezolano Leopoldo López, condenado a 13 años de prisión, es cierto, por la -injusta- ley de un país sin rumbo. "Venezuela es una dictadura", se gritó en el acto, no sin razón, entre vítores al preso. Mientras resortes alocados del Estado sancionaban impunemente a un amigo o familiar de un preso de la cárcel de Pamplona que se había limitado a un apoyo simbólico, y sin más parafernalias, a alguien que está a la espera de juicio, aunque ya lo haya condenado la opinión pública de la manos de los Matías Prats, María Rey, De la Morena, Ferreras o su "conyuja".

 

    

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